Un led es un diodo semiconductor que
emite luz.
Se usan como indicadores en muchos dispositivos, y cada vez con mucha más
frecuencia, en iluminación. Presentado como un componente electrónico en 1962, los primeros ledes
emitían luz roja de baja intensidad, pero los dispositivos actuales emiten luz
de alto brillo en el espectro infrarrojo, visible y ultravioleta.
Cuando un led se encuentra en polarización
directa, los electrones pueden recombinarse con los huecos en el dispositivo, liberando
energía en forma de fotones. Este efecto es llamado electroluminiscencia y el color de la luz
(correspondiente a la energía del fotón) se determina a partir de la banda de
energía del semiconductor.
Los ledes con la potencia
suficiente para la iluminación de interiores son relativamente caros y
requieren una corriente eléctrica más precisa, por su sistema electrónico para
funcionar con voltaje alterno y requieren de disipadores de calor cada vez más
eficientes a comparación de las bombillas fluorescentes de potencia equiparable.
Los ledes tienen la ventaja de encenderse muy
rápido (aproximadamente en dos segundos) a comparación de las luminarias de
alta potencia como lo son las luminarias de alta intensidad de vapor de sodio,
aditivos metálicos, halogenuro o halogenadas y demás sistemas con tecnología
incandescente. La excelente variedad de colores que
producen los ledes ha permitido el desarrollo de nuevas pantallas electrónicas
de texto monocromáticas, bicolores, tricolores y RGB (pantallas a todo color)
con la habilidad de reproducción de vídeo para fines publicitarios,
informativos o tipo indicadores. Y debido a sus altas frecuencias de operación
son también útiles en tecnologías avanzadas de comunicaciones. Los ledes infrarrojos también se usan en unidades
de control remoto de muchos productos comerciales incluyendo televisores,
cámaras de monitoreo, reproductores de DVD, entre otras aplicaciones domésticas.
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